Copio un fragmento de una nota que me mandaron.
La nota entera salió en el diario Clarín, el lunes 26 de junio, en la sección Sociedad.



La nota se titula: Si no me preocupo por mí, quién lo hará?

El individuo tiene derecho a beneficiarse de sus negocios pero su esfera de vida no debe reducirse exclusivamente a ellos. La clave es encontrar un equilibrio entre dar y recibir. En Avot 1:14, el Talmud define magistralmente la esencia que debe envolver al hombre de negocios: "Si no me preocupo por mí, ¿quién lo hará? Pero si sólo me preocupo por mí, ¿qué soy?". Sabiduría antigua que nunca pasa de moda.
* Manuel Sbdar es Director de Educación Ejecutiva de la Escuela de Negocios de la Universidad Torcuato Di Tella

Al leer esto me pregunto cuánto cambiaría nuestra realidad si todos actuáramos bajo la premisa de buscar el equilibrio entre dar y recibir. Ya estamos padeciendo los excesos de la individualidad: problemas de comunicación, adicción al trabajo, soledad, problemas de salud física y psíquica.
Ojalá podamos girar el sentido de todas las acciones para mejorarnos y mejorar la situación de los demás.