No nos quedemos quietos

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La falta de ejercicio o sedentarismo disminuye la capacidad de adaptación a la actividad física. Cuanto menos nos movemos, menos queremos movernos. Entramos en un círculo vicioso.

La masa muscular disminuye al mismo tiempo que disminuye el movimiento y la proporción entre músculo y grasa varía aunque no aumentemos de peso. Aumenta el tejido graso.
Muchas funciones orgánicas se ven afectadas por el sedentarismo: por ejemplo problemas digestivos, circulatorios, respiratorios disminuyen cuando comenzamos a movernos.
Muchos dolores de espalda, cuando no son ocasionados por golpes o enfermedades se deben al acortamiento de los músculos profundos o posturales, las contracturas se hacen permanentes en los músculos superficiales o dinámicos porque tiene que realizar una función extra que es la de sostener el tronco.
Es común que al verse reflejado en una vidriera o en un espejo tienda a corregir rápidamente la postura, porque el simple esfuerzo de mantener erguida la espalda representa para la persona sedentaria un esfuerzo mayor del que puede soportar.
El movimiento es imprescindible para una persona que por su trabajo está largas horas del día sentado, muchas veces en posiciones exigidas. Caminar, correr, bailar, son todas opciones válidas.

En la escuela estamos formando los grupos de expresión corporal, una disciplina con el cuerpo que integra lo terapéutico y lo expresivo. Integra el trabajo conciente sobre el cuerpo para percibirlo en su totalidad y fragmentadamente con el trabajo expresivo personal, sin modelos, donde la imaginación y lo lúdico se combinan para que termines la clase aliviado y renovado.
Te vas a encontrar con un grupo de gente como vos que tiene mil cosas que hacer, que está ocupado, preocupado y muchas veces angustiado, pero que trata de respetar ese tiempo y ese espacio para dedicárselo y así sentirse mejor.
Vení a descubrir tu cuerpo, vení a escuchar tu risa. Te aseguro que te vas a sentir bien.